lunes, 21 de mayo de 2012

GOTAS por LILIANA LAPETINA



Las gotas se aferran al cristal,

lo recorren con erráticos destinos,

se entrecruzan, hasta fundirse en una corriente suave,

que llega al patio y se escapa entre las hojas olvidadas

que marcan el comienzo del invierno.



Su mirada refleja el gris del cielo.

Su boca anuncia una muda amargura contenida.

Sus puños cierran impotencia.

Las gotas siguen su camino, indiferentes.

También de sus ojos parten gotas

que zigzaguean entre marcadas arrugas

y humedecen su rostro curtido.



Otro invierno más que recorrerá solo,

Que se escurrirá en el tiempo de su vida,

que vivirá a fuerza de su recuerdo.

Su ausencia le corroe el alma,

le estruja el corazón.



En la humedad del cristal se dibuja una imagen

que lo mira, que le sonríe,

que tiene el rostro de ella.

Estira sus brazos, intenta tocarla

pero se aleja, lo mira con dulzura,

le pide consuelo, que no sufra más por ella,

que pronto saldrá el sol

y secará el cristal, y las lágrimas de su rostro.

La vida seguirá adelante

y con solo pensarla ella estará ahí,

acariciando su corazón herido.