Caminaba
las alas seguían ese camino
donde el paso elevaba el sentido del sendero.
Sus manos, o sus dedos,
aún no recuerdo
olían el dolor que regresaba en bicicleta.
Sus ojos, o sus pupilas,
sentían el tacto de una piel que ya no existía.
Sólo humo
Solo silencios.
Se escuchaba
salir a una lágrima y
venía ante o quizá después de su imagen,
otra imagen iluminada.
El amor, la locura,
¡Él!esa imagen que cambiaba llantos por sonrisas,
venía volando con sus pies en la arena a la orilla del cielo,
donde el mar lucía sus estrellas.
2 comentarios:
MUY BIEN ANABELLA , ME QUEDÓ TODO MUY CLAROY CONTUNDENTE Y AUN SIGO PENSANDO EN ESAS IMAGENES DIBUJADAS CON TU ALEGRÍA !!!
HERMOSO ANA
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