jueves, 31 de enero de 2013

AGRADABLE SENSACIÓN DE UN LADO Y DEL OTRO por LEONOR CIERI



Desperté, oliendo todavía a tierra mojada, fruto de la lluvia caída en ese sueño asombroso que tuve durante la noche.
Me levanté y corrí la cortina de la ventana que dio paso a un sol que comenzaba a calentar, me sentía muy bien recordando el sueño en el que muy niña y con un gorro rojo andaba en bicicleta (la realidad es que nunca aprendí).
Pedaleaba muy contenta mientras sentía la garúa en mi rostro lavándome los ojos y haciéndome ver mejor ese paisaje tan lindo que estaba recorriendo.
De pronto una piedra traviesa se interpuso en mi camino, la rueda de la bicicleta tropezó con ella y caí golpeando mi cabeza en el suelo.
Sentí dolor, pero el sol tibiecito que estaba asomando secaba mi cara mojada por la llovizna.
Olvidé el dolor, subí a la bicicleta y comencé a andar, respirando ese aire y ese sol que me brindaban tanto placer.
Dejo el sueño, sigo con el despertar y comienzo el día. Salgo a caminar y siento el mismo gozo que en el sueño. Disfruto del paisaje que huele a tierra mojada, no por la lluvia, sino por el riego de sus dueños.
El sol acaricia mi rostro, cierro un momento mis ojos y recuerdo el sueño, olor a tierra mojada y el sol brindándome su tibieza.
Por eso, de este lado del sueño y del otro lado de la realidad fue lo mismo, gozar interiormente de las cosas bonitas de la vida.
¡Agradable sensación de un lado y del otro!

                        
 Publicado en EL OJO DEL CÍCLOPE

1 comentario:

Beatriz Leibovich dijo...



Buenisimo Leonor , Amiga Te felicito --beso