Camino ensimismado por las calles
oscuras y silenciosas de una ciudad desierta y desconocida. Un
viento húmedo y frío viene corriendo, se esconde en cada esquina
y me espera agazapado y traidor.
No entiendo su lenguaje, tal
vez sea esa voz lejana que un
día dijo mi nombre o el llanto del niño triste y solo perdido entre las ruinas
del pasado.
Al doblar la ochava frente al
paredón me espera el ángel con
el ala rota y los ojos vacíos. Con un gesto de su mano estática y gris me
indica el camino.
Levito cerrando los ojos y un
sollozo me brota de las entrañas.
Estoy solo y vacío en una
ciudad vacía y silenciosa y no hay
nada más.
1 comentario:
Muy lindo Ester!
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