Viento en las alas
de los pájaros.
Para siempre y por
siempre late la vida, a cada instante, en los corazones del ser que prodiga la
eterna humanidad.
La tierra en su
fuerza, gira y gira en fe sincera, con vida en sus entrañas.
Criaturas crecen
en la multitud de las fuerzas inquietas, con esperanzas de que no se escrachen
en el frio de las penumbras, y tengan destinos
de nunca acabar.
El viento canta y
cosecha la lluvia de hojas, que caen en silencio, para crujir en los suelos, y
así languidecer deshechas por pisadas que no saben su destino de nada.
La alborada se
esconde risueña en el valle de los campos abiertos, y, perfumada por la
nostalgia del rosal en flor.
Las nubes corren
inocentes a su destino de lluvias intensas, el otoño es carpintero de una vida
distinta, haciendo justicia. No se cree que no hay color, porque es camino de
transitar al invierno frio y de hastío.
Mientras las
nieves acompasan en mis cabellos, felices de tener el privilegio de esta edad
saludable, y poder contemplar la vida llena de esperanzas y pasiones, y a mi nieto,
ya hombre, a mis hijos, que casi me acompañan,
en sus edades no tan jóvenes resuelto su porvenir.
Así veo el otoño
de mi vida.
2 comentarios:
BEATRIZ ME GUSTO!CARIÑOS!LEONOR.
hermosoo bellas palabras ..ç
ana
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