Rompe los muros
temporales
este ser de ojos
amanecidos,
fundiéndose en el
aurora de la mañana
como manantial que se
alimenta a sí mismo.
Ojos como luceros
ardientes,
abismándose en la
gloria del deseo.
Mi hombre
boca de lirio
perfumado,
que al besarme, funde
en mi hálito el beso
De ojos como brasa
encendida
derritiéndose en el
rescoldo de mi hoguera.
Mi hombre
con sexo de seda
afelpada
encendiendo el
principio de mi esencia,
que sube desde lo más
hondo de mí.
Es, como león
proceloso acosándome
en la eternidad del
comienzo.
Sus manos apresuradas
como
caballos desbocados,
palpando
y recorriendo las
lomadas de mi cuerpo.
Las manos de mi hombre
son palomas aleteando
entre las mías.
Recorren el sendero como
río que busca su cauce
y hacia el final del
camino,
aquello que no cedía a
su estoque frenético
como bálsamo nutriente,
rebasa mi ser.
Mi vientre de manceba
amanece,
mis muslos
trasnochados descienden nocturnos,
sosegados, perfumados hasta el elixir que se derrama,
hondo, intenso,
profundo.
Ya sólo él me habita,
sólo él, sin nombre.
Posdata... el día
14-05-2013- Es decir, ayer, leí éste poema mío - Estamos leyendo a Octavio Paz
y su poesía erótica- realmente me sentí gratificada por el aplauso general
que me brindaron todos mis compañeros de taller, incluso Marcela mí Profesora y
amiga.
La poesía erótica es uno
de los géneros que más me gusta y en el cual me siento cómoda al reflejar todo
mi interior que es rico en imágenes que me brindó ese ser amado con el cual
compartí y enriquecí mi potencial del amor.
2 comentarios:
Bello Maria Elena !!!
Buenísima María Elena ................¡¡ Me encantó...! Felicitaciones amiga mía.- Cariños .- Cristina Zamora .-
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