Como en todos
los cuentos de niños, aquel espejero hacía espejos y en ellos se metía y se
perdía.
O aquel que se
metía en un ropero y aparecía en el lugar del no sé dónde.
Yo me meto en mi
imaginación y me pierdo en olvidos y en presentes, todo mezclado.
O aquél que
inventaba países que venían del más allá y se perdían en el más acá.
Así es el
recuerdo, la remembranza, las ilusiones y los olvidos, vienen y van, pero nunca
se sabe a donde o de donde.
Todo se mezcla,
y sin embargo conservan cada uno su individualidad. Todo revuelto pero
desenredado, no como los hilos que al atarse a veces no se desatan más.
Así se hace a
veces la vida que se esconde, te encuentra y te hace perder en sus vericuetos.
Y entonces a
veces también salimos del espejo y no encontramos el lugar en donde estamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario