domingo, 21 de abril de 2013

FRENTE A ÉL por SILVIA BALBUENA

      


Sábado de Semana Santa. Tarde de partido de Central.
Sola, tomo mi sillón amarillo y me voy a la playa en la bella Mar del Plata. El sol y un viento a veces intenso del sureste acaricia mi piel, dándole estímulos a mis pensamientos. Una bruma empieza a llegar del mar y va desdibujando los edificios costeros, mi mirada también desdibuja ese mar que me atrapa, me envuelve, me apasiona. ¿Por qué? Empiezo a bucearme respuestas.
 Ese ir y venir de las olas me mece, me lleva a mi interior. Tal vez a mi yo más profundo. Tal vez rescato esas sensaciones de esa etapa irrevelada de mi flotación en el líquido amniótico, cuando todavía el vientre materno era el muro contra todos los dolores.
O ese flotar de yodo y sal de la atmósfera que acaricia la piel, se mete en sus poros, la hace dorada, brillante, tersa, joven, atrapa en ella los elixires de la eterna juventud.
Tal vez ese constante venir y volver de las olas a la playa sea como un minutero que me da el ritmo del tiempo latido, vivido, atrapado, perdido. O sus espumas que se esfuman en la arena sea la vida que se difunde en desvanecimientos. 
Busco el horizonte ¿Existe? Esa unión de azules, azul de cielo, azul de mar ¿es verdadera? ¿es ilusión? Siento que el horizonte es la vida misma, esa que vivo y observo, esa que late o que atrapo, esa que alcanzo y pierdo, esa que parece un horizonte y es una utopía a la que quiero llegar y sólo me sirve para caminar como dice Galeano, esa que tengo cercana y que se aleja.
Esa sensación de infinitud viva del agua salada moviéndose por siglos de igual manera, fiel a los designios de la luna, con una fidelidad sagrada a las mutaciones y los ciclos, con una constancia sin quiebres, con una permanencia de siglos, me envuelve. Tal vez quisiera meterme para siempre en esa infinitud, ser yo en un mundo eternamente mío, ser alta,  soberbia, perfecta como Alfonsina quiso, para merecer esa fidelidad y fundirme en esa infinitud.
Empiezo a caminar entre las dos escolleras, ahí donde las olas terminan y la arena es la cuna permanente del agua. Me gusta que en intervalos armónicos las olas me lleguen, me atrapen, me anuncien que el mar es mío, que se deshagan en mis pies, me hagan cosquillas con las espumas desarmándose. Es el placer de tenerlo, de ser yo y él. De que esa inmensidad se me haga pequeña y mía. ¿Egoísmo? ¿Necesidad de fundirme en él?
Levanto una conchilla. Gastada por la fuerza sin desmayos del agua. Con la cicatriz de la vida que una vez portó. Transformándose en arena para continuar con el designio de su existencia. Al tocarla siento su energía de ser. La aprieto fuerte, le doy mi energía, como si la vida en ese momento se redujera a ella y yo, a esa conchilla tal vez de vida lejana, tal vez de existencia centenaria, tal vez de futuro diferente…
Levanto un pequeño canto rodado. Esmeradamente liso de un lado, mostrando orgulloso cómo el mar lo moldeó. E inesperadamente marcado del otro, como si hubiera estado aferrado a un acantilado, a un coral, a un fondo y el mar con su poderío lo arrancó y me lo trajo ufano a la playa. También me dio su energía, también lo apreté fuerte y le di la mía.
Puse conchilla y piedra en la misma mano, los metí en mi puño cerrado, les pedí un deseo y fuertemente los lancé al regazo del que vinieron.
El mar, su movimiento, su inmensidad, su sin fin… fue mío, sólo mío. Con toda su carga que siempre me embelesa.

domingo, 14 de abril de 2013

ELECCIÓN por MARÍA CRISTINA ZAMORA



Hacía unos días que Estela estaba nerviosa, desde que había hablado con Ricardo, su esposo, y éste se había negado rotundamente a que ella siguiera adelante con  su embarazo de casi un mes, alegando que todavía no era el tiempo de ellos para esa responsabilidad, y que además ya lo habían hablado al casarse bien claro que él no quería hijos, y que ¡cómo le había hecho eso!  Le dijo además que se desprendiera del mismo cuanto antes, que él buscaría información sobre  dónde podría ir ella para que la despojaran de ese  “problema”,  y que él le daría el dinero para esa intervención.
Se sentía cautiva de esa situación, perdida en las sombras de la incomprensión  y del absolutismo de él, el mes anterior había perdido  a su madre después de una dolorosa  y  larga enfermedad  y  sentía su alma, su corazón  y  su cuerpo heridos al ir acumulando dolor tras dolor; abrigaba una pequeña esperanza de poder huir de este castigo  que él le imponía tan cruelmente.
Miraba con su afligido corazón  los pájaros de cenizas golpeando en su ventana, ella misma parecía un pájaro  con las alas caídas, al sentir cómo el amor  que viene y va, iba dejando una huella gris de dolor detrás de él, alejándolo de su vida, perdiéndose .
Lo veía y lo sentía  como  a  una criatura extraña que ama sin ojos   y  en su egoísmo  destrozaba todo  sentimiento  puro, bello  y  bueno.
Dos días después del ultimátum, él le pasó un papel con una dirección, sin hablarla, puesto que no lo hacía desde el anuncio de su estado y al ver la reacción  y  decisión tan inconmovible  en él, ella le había rogado que no le hiciera eso, que la dejara seguir con el embarazo, que no quería deshacerse del mismo, que deseaba tenerlo, pero eso parecía que lo había enfurecido mucho más, llegándole a decir  que si quería seguir  adelante con eso tendría que hacerlo sola  y  olvidarse de él para siempre, que ella tendría que elegir, así que junto con la dirección le dejó un sobre con dinero  y  le avisó que tendría que ir sola pues no la podría acompañar ese día  ya que tenía que viajar con su socio  al interior  para cerrar una venta para la inmobiliaria  y esperaba que a su regreso estuviera todo solucionado  y  volvieran  a  estar como antes.
Su aura temblorosa  buscaba atraer una luz  que dispersara las brumas de sus angustiosos pensamientos que la rodeaban, la cubrían  y  absorbían oprimiéndole los sentidos,  deseó en su desesperación tener las livianas alas de plumas de los ángeles para  poder escaparse muy alto y muy lejos en donde no la encontrara.
Entonces tomó una decisión, buscó una de las maletas grande, puso en ella casi toda su ropa, el resto  en un bolso también grande con otras pertenencias suyas, guardó el sobre con el dinero que le había dejado junto a los ahorros que tenían de ambos, pues ella  trabajaba en la recepción de una importante  Compañía Internacional  desde hacía años  y  se fue. Por el momento buscaría un modesto Hotel, ya vería cómo luego se las apañaría, pero puesta en la obligación de elegir, se quedaba con su hijo, ella ya lo amaba  y viviría para él sin arrepentirse.
  
 Texto publicado en EL OJO DEL CÍCLOPE 

jueves, 11 de abril de 2013

TRISTEZA DE SIRENA por BEATRIZ LEIBOVICH



Una sirena muy vieja, ha llegado hasta la playa,
quiere salir de ese mundo, busca ser libre, olvidar.
Tiene un sueño roto, tuvo pasiones muy fuertes,
es el momento o nunca, le hicieron daño,
fue  allá en el Mar Adriático, donde lo conoció,
era el Rey de los Mares, quien de ella se prendó.
Un perverso día, tras de otra se marchó,
una sirena pecosa, nadando se lo llevó.
Se prometió un olvido, renunciar al dolor.
Está perdida, llueve,
sus largos cabellos cubren su arrugado físico.
Pero, hoy saldrá, vino muchas veces,
tratando de buscar las novedades,
salió a la luz, quiere entrar a un lugar de ritmo,
debe probar, pero... no tiene alas ni piernas.
Se convence, no queda otra esperanza,
su piel empezó a secar,
me ve, me saluda, le tiro un beso,
y esta abuela de mar, se fue, se fue.

martes, 9 de abril de 2013

ROJO PUNZÓ por MARÍA ESTER AQUINO

El pabilo de la vela parpadea mientras afuera el viento azota los 

árboles y las paredes de adobe del rancho. Cierra los ojos 


mientras evoca aquel momento. Él no le teme a nada, por ella es 


capaz de enfrentar al mundo y se lo prometió en la penumbra del 


templo donde se encontraban con la complicidad de Tomasa.


       Ya tiene su atadito preparado mientras el zaino espera afuera. 


       El relincho del animal lo sobresalta, seguro es Mercedes que se 


acerca.


 De un salto está afuera y en la oquedad de la noche un certero 


zarpazo le quita la vida.


       Los salones de Encarnación Ezcurra brillan en un baño de 


sangre. Todo es rojo:las cortinas,los sillones de brocato , las flores 


en los jarrones de Limoge y en los pechos de hombres y mujeres 


divisas federales.


      Hoy cumple años la niña Manuelita y están invitadas las 


familias más importantes de Buenos Aires. 


Merceditas llega con sus padres, sus ojos muestran un profundo 


dolor que se confunde con emoción. 


Tomasa es la única que sabe porque sufre su niña. Fue por su bien 


que echó a las brasas del fogón la carta de Esteban. Irse juntos 


muy lejos fue solo una ilusión.


     Mientras transcurre la velada los hombres fuman y con una 


copa en la mano comentan sobre el puma   cebado que anda 


matando animales en los montes cerca del río Salado. 

lunes, 8 de abril de 2013


Ya podés descargar CUENTOS Y VERSOS ROTOS Y ALGUNOS POEMAS PARA ARMAR en formato pdf.
Un libro de Ezequiel Miere
cuentosyversosrotos.blogspot.com

martes, 2 de abril de 2013

CREATIVIDAD por MARÍA CRISTINA ZAMBRUNO


Asoma así porque sí. Tiene aire de doncella y rudeza de albañil. Elige sólo a unos pocos y se mete en sus entrañas apretujando sentidos y liberando hechizos de luces nuevas. La mirada le presta el punto, lo recorre, lo atraviesa, mezcla tintes, inventa colores. Delineando fantasías mágicas, no hay realidad que la oprima.
Juega con los acordes, pilotea en los sonidos, le pide prestado a la lluvia su ritmo. Sube y baja por los hilos de la imaginación y los compases le entregan sus cadencias en melodías. Baila en las alas del viento, diagramando partituras inéditas y dibujadas piruetas. Sube en globos, baja en lluvia y aterriza en silencios.
En una piedra inerte se van tallando detalles y una mano con luces va descubriendo una vida nueva. Trozos amorfos, metales oxidados, se van perdiendo en las sombras.
A veces son palabras. A veces son ideas encadenadas, que se iluminan y escapa una rima o una metáfora que se empecina… el sol se convierte en frío y la luna toma calor de estío.
El malo ya no es villano, quizás un héroe o un enano. Todo pasa y se convierte, ELLA lo colorea, le da brillo, le da estela con libertad de libélula.
Toma la arcilla quejosa y la moldea con ojos de lentejuela, con voces de arrabales y vuelos de mil zorzales. Y así picoteando engarza pasiones y pule ilusiones.
Sra. CREATIVIDAD camine por las cornisas de la conciencia, nade en la sangre de los científicos, encienda las luces de los políticos ¡!!
Diviértase, vuele, vuele y cree; su INTELIGENCIA se lo permite, quizás el mundo pueda cambiar cuando su MAGIA lo envuelva y… quizás DESPIERTE.

Texto publicado en EL OJO DEL CÍCLOPE


lunes, 1 de abril de 2013

EL LADO OCULTO por IVÁN VILLARROEL



Estoy nublado, no sé cómo hacer salir de mi boca las cosas que quiero decir.
No me gusta sentirme de esta manera, pero hay situaciones que no sé cómo resolver. Son como problemas matemáticos que odiaba solucionar pero los tenía que hacer.
Hay cosas de las cuales no se puede escapar. Tanto ruido no me deja pensar y el silencio me adentra al encuentro de quien soy y quiero ser. Quizás el silencio y la concentración me muestren otros caminos por los cuales habré de transitar, me llegue a emocionar y conmover tanto de alegría, que pueda brindar una cosa distinta a la que estoy dando y pueda llorar de regocijo y ver el lado de mi ser que se esconde en mi interior.

 Texto publicado en EL OJO DEL CÍCLOPE