Tomando
mates en el ocaso del día, pensó,
saldrá de paseo
por los alrededores del pueblo,
cuidando de no
alejarse demasiado.Un silbido del tren que se acercaba,
y llegaban hombres con ojos alegres,
embriagados de recuerdos de sus trabajos, y se van.
Son orgullosos, de gran fortaleza.
Su corazón se pone a soñar, en esa estación sonora.
Recibe en su cabeza un mensaje de paz.
Baja una escalera, entra en un parque, mira y vuelve a mirar.
Era una maravilla lo que sus ojos veían.
Ya florecían las madrugadoras rosas, era invierno.
Prolongó su estadía. Se dirigió a ver esa flor, azul distinta,
y... de pronto ella le habló:
Yo soy la flor de tus paseos, seré tu sombra y tu guía,
ahora que los árboles se visten de blanco,
también cuando las glorietas se vistan de colores.
Embriaguez de luz, música y sueño, luna de plata, luminosa.
Ninfas y musas aparecen sin parar.
Pero ya despierta del sueño. Cambio de cuadro.
Ya no hay nada, todo cambió.
La noche nació oscura, volvió al sendero, subió la escalerita,
y se perdió en el pueblo.
Sueño y realidad, son antagónicas, pero siempre existirán.
Poesía publicada en "EL OJO DEL CÍCLOPE"
2 comentarios:
MUY LINDO BETTY!CARIÑOS!...
Gracias leonor BESO
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