Desde
la reja señorial se extiende un camino que se bifurca en tres brazos, en
piedras pulidas, pequeñas y parejas delineadas por laureles en flor, mahonias y
esquimias.
Salpicados de arvejillas ligustros
de alheña contienen el alambrado que rodea la
periferia.
En el centro del jardín se destaca
una fuente de agua rodeada de bancos de cemento y parcelas de lavanda, lirios y
gerberas.
Pequeños grupos de rododendros,
dodoneas y azareros se diseminan por todos lados en plena floración.
En una especie de glorieta al final
de uno de los caminos trepan bungavillas y glicinas protegiendo con su sombra
un cantero de pensamientos, conejitos de colores y frágiles amapolas.
Es
mi paraíso privado. En las mañanas gozo caminar descalza por la gramilla mojada
y asomarme a la verja para ver el camino de tierra del otro lado del ligustro.
Suelo
esperar al gato que se cuela por un hueco del tejido y luego se adormece
bajo el sol cerca de
mí, acunado por el trino de cientos de pájaros
anidando en las ramas
de eucaliptos, acacias,
ficus y palos borrachos que desprenden sus algodones y se
enredan en mi pelo.
Una
mariposa solitaria cruza la reja y yo la sigo embelesada, me detengo cuando
cruzo el portal de entrada a leer un cartel que dice “jardín del descanso
final” en letras doradas.
Sin
entender nada vuelvo sobre mis pasos desconcertada, traspaso la reja cerrada,
miro mis manos de espumas y sólo entonces veo desdibujadas por mis lágrimas las
cruces blancas entre las flores y las plantas. Me quedo inmóvil en el centro
del jardín, se mece con el viento mi mortaja y me desgrano hasta desaparecer.
Texto publicado en EL OJO DEL CÍCLOPE
3 comentarios:
Ya te felicitamos,lo hago otra vez, esta muy bonito, mas haber averiguado el nombre de plantas y flores, te mereces un aplauso!!!!!
COMO LEONOR ,TE VUELVO A FELICITAR.ES MUY BELLO AMIGA.
TITI
Muy lindo , siempre escribis con mucho sentido de todo
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