jueves, 11 de abril de 2013

TRISTEZA DE SIRENA por BEATRIZ LEIBOVICH



Una sirena muy vieja, ha llegado hasta la playa,
quiere salir de ese mundo, busca ser libre, olvidar.
Tiene un sueño roto, tuvo pasiones muy fuertes,
es el momento o nunca, le hicieron daño,
fue  allá en el Mar Adriático, donde lo conoció,
era el Rey de los Mares, quien de ella se prendó.
Un perverso día, tras de otra se marchó,
una sirena pecosa, nadando se lo llevó.
Se prometió un olvido, renunciar al dolor.
Está perdida, llueve,
sus largos cabellos cubren su arrugado físico.
Pero, hoy saldrá, vino muchas veces,
tratando de buscar las novedades,
salió a la luz, quiere entrar a un lugar de ritmo,
debe probar, pero... no tiene alas ni piernas.
Se convence, no queda otra esperanza,
su piel empezó a secar,
me ve, me saluda, le tiro un beso,
y esta abuela de mar, se fue, se fue.

1 comentario:

Anónimo dijo...

MUY BONITO,BETTY...CARIÑOS!